Déficits vitamínicos que causan graves enfermedades

Llevar a cabo una alimentación equilibrada supone ingerir la proporción adecuada de los distintos grupos de alimentos. El exceso o la falta de ingesta puede suponer el desarrollo de patologías que se manifiestan con gran variedad de síntomas. Por ello mantener una dieta equilibrada resulta esencial para conseguir mantener un estado óptimo de salud, así como para favorecer la recuperación temprana en caso de que la persona sufra alguna enfermedad. Aunque se deben ingerir todos ellos, existen situaciones especiales como enfermedades o las diferentes etapas de la vida que hace que las proporciones necesarias de cada uno de ellos sean diferentes y su ingesta se debe adecuar a estas situaciones. Los alimentos se clasifican en dos grandes grupos en función de la cantidad que requerimos de cada uno de ellos, macronutrientes y micronutrientes.

Los macronutrientes son componentes estructurales, calóricos y energéticos de los alimentos y hacen referencia a los hidratos de carbono, grasas y proteínas. Los micronutrientes son aquellos que se ingieren en pequeñas cantidades pero que resultan esenciales ya que el organismo no los puede sintetizar y por tanto deben ser ingeridos a través de la dieta para conseguir los niveles óptimo que favorecen el correcto funcionamiento del organismo ya que intervienen en numerosas reacciones metabólicas. En este grupo de micronutrientes encontramos las vitaminas y los minerales1.

A medida que los humanos envejecen, el riesgo y la gravedad de las infecciones varían de acuerdo con la competencia inmunitaria según cómo se desarrolle, madure y decaiga el sistema inmunitario. Varios factores influyen, incluida la nutrición.

Una relación bidireccional entre nutrición, infección e inmunidad: los cambios en un componente afectan a los demás.

Varios micronutrientes son esenciales para la inmunocompetencia, en particular las vitaminas A, C, D, E, B2, B6,y B12, ácido fólico, hierro, selenio y zinc. Las carencias de micronutrientes son un problema público mundial reconocido y el mal estado nutricional predispone a ciertas infecciones.

La función inmune puede ser optimizada al restaurar los micronutrientes deficientes a los niveles recomendados, aumentando así la resistencia a la infección y apoyando una recuperación más rápida cuando está infectado. La dieta por sí sola puede ser insuficiente, por lo que, es necesaria la suplementación con micronutrientes basada en las necesidades específicas relacionadas con la edad.

Es por ello que los adultos deben consumir suplementos multivitamínicos de manera intermitente, durante toda la vida.